lunes, 4 de enero de 2016

LA EMOCIÓN Y LA RAZÓN

LA SIMBIOSIS DE 
LA EMOCIÓN Y LA RAZÓN

El cerebro emocional garantiza nuestra supervivencia en situaciones límite porque reconoce con rapidez las situaciones de peligro y pone en marcha reacciones preorganizadas. Se ocupa de la transformación fisiológica de los procesos del cerebro racional. Sobre todo, nos facilita decisiones racionales porque nos presta una ayuda orientativa ante una maraña de posibilidades. En sentido inverso, el cerebro racional amortigua y relativiza las oleadas de emociones que nos invaden y afina y cultiva los modelos de reacción del cerebro emocional, primitivos en comparación.

Sentir y pensar son cosas, por lo tanto, que están entrelazadas. Nuestras emociones determinan en qué medida podemos poner en marcha nuestro potencial mental : para pasar bien la selectividad, además de un cociente intelectual lo más elevado posible, necesitamos también cualidades como la constancia y el optimismo. Nuestro pensamiento determina el grado de sensibilidad y profundidad con que podemos sentir. Para que una ópera de Verdi sea algo más que un tapiz de sonidos embriagadores necesitamos, además de cualidades como la sensibilidad y la imaginación, capacidades analíticas : la comprensión de la lógica y la estructura interna en el fluido de las notas, sensibiliza, diferencia y aumenta nuestra percepción emocional de la música.

LAS PASIONES QUE CAUSAN PADECIMIENTO

Considerando nuestros factores hereditarios emocionales, apenas nos diferenciamos de los antiguos romanos, de los campesinos y ganaderos del Mesolítico o de los cazadores y recolectores del Paleolítico.

No nos hagamos ilusiones : en lo que se refiere a las emociones, el ser humano todavía no se ha bajado de los árboles.


En un punto, por lo tanto, los racionalistas como Descartes y Kant tenían sin duda razón : las emociones pueden producir efectos contraproducentes sobre nuestro proceso de pensamiento.

viernes, 1 de enero de 2016

CELOS


  CELOS
 Y 
MALTRATADORES EMOCIONALES

   No confundir con celos el interés de una persona por conocer la realidad de su relación, preguntando e intentando averiguar si no obtiene respuestas, siempre desde el respeto y por su salud emocional.


LO QUE DICEN LOS CELOS

¿Qué tiene que tener otra persona para que sintamos celos de ella ? ¿Más habilidad, más atractivo, más confianza en sí misma ? ¿Más prestigio, status o dinero ? En realidad lo que produce este sentimiento es inmaterial : el hecho es que


 "LOS CELOS SE PRODUCEN CUANDO NOS SENTIMOS EN DESVENTAJA".

Para quien se siente seguro en lo más alto de los terrenos de la vida que le interesan, los celos no existen. Esta emoción enmascara la convicción de que somos desafortunados. Es la angustia, que grita : ‘Me siento amenazado, engañado, inseguro o excluido’. También puede significar : ‘Temo compartirte por miedo de que no regreses conmigo’, y hasta ‘No me agrado a mí mismo’.

Intenso y generalizado o suave y parcial, el sentimiento de los celos significa que uno se siente por debajo de lo que le resulta cómodo. EL QUE LA DESVENTAJA SEA REAL O IMAGINARIA NO IMPORTA. Los celos son siempre reales para la persona que los siente.

"LAS PERSONAS CON ALTA AUTOESTIMA SON CELOSAS MENOS A MENUDO".

Si nos sentimos celosos de nuestra pareja:

"Los celos son malos consejeros" dice el refrán. No desdeñemos su importancia ni dejemos que se nos cuelen como sentimientos normales o que hasta tienen su encanto, por cuanto trasmiten "lo mucho que le quiero". En la realidad cotidiana, los celos rompen y enturbian las relaciones, y los individuos celosos acaban minando, con su posesividad y persecución asfixiantes, el gozo y el placer del encuentro, el equilibrio en la pareja, que se basa en la ternura, la comprensión, la tolerancia y el respeto a la autonomía del otro. Si en un momento determinado nos sentimos víctimas de un ataque de celos que perjudica nuestro bienestar emocional, actuemos dedicidamente: 

Seamos conscientes de que estamos padeciendo los celos sin querernos engañar jugando a progresistas. 
Comuniquemos nuestros sentimientos a la persona cuyo comportamiento ha generado los celos, especificándole claramente las conductas que nos hacen sentirnos celosos. 
Hablémosle cuanto haga falta, aunque sin someterla a una presión excesiva (y mucho menos aún, recurriendo a amenazas o agresiones físicas), y con ánimo de pedirle que nos ayude a disipar nuestras dudas. Se trata de saber qué ocurre en realidad y de cotejarlo con nuestra percepción, que perfectamente puede ser errónea. 
Si se trata de un pensamiento irracional que estamos alimentando, debemos apoyarnos en la realidad y desterrarlo definitivamente. Nos será más fácil si contamos con la ayuda de la otra parte. Pero no olvidemos también es parte afectada, a la que debemos comprender y ayudar. 
Revisemos durante un cierto tiempo nuestra actitud ante la otra persona, para comprobar que los celos han desaparecido.
Fortalezcamos el diálogo continuo, la confianza y el contacto amoroso: son los mejores instrumentos para superar el desencuentro y los celos. 
Aceptémonos más, confiemos en nosotros mismos y trabajemos la seguridad en nosotros mismos, nuestra autoestima. 
Si sufrimos un cuadro agudo de celos o nos vemos incapaces de gestionarlos por nosotros mismos, dirijámosnos cuanto antes a una consulta psicológica. 
Y, por último, si hay motivo real para nuestros celos, planteemos con realismo la situación a nuestra pareja. Y armémonos de valor, paciencia y comprensión para superar la situación. Casi todo tiene un final, y el amor también puede tener fecha de caducidad.


ENTONCES... ¿CUÀLES SON LOS CELOS NORMALES Y CUÁLES LOS PATOLÓGICOS?

Los celos normales son la consecuencia de un tercero "real" en la pareja. 
El celoso patológico "inventa" al tercero, su mente enfermiza ve por todas partes la amenaza personificada. 
Los celos primigenios se acentúan con el nacimiento de los hermanos. Los niños no están muy dispuestos a compartir el amor de la madre o del padre con los hermanitos. 
Para ellos no son hermanos, son rivales que vienen a quitarle lo que es suyo. Es una lesión narcisística que ulteriormente se va a repetir en la aparición de los celos patológicos. 

EL ALIMENTO DE LOS CELOS

Los celos se alimentan de la inseguridad de la persona. 
Todo sujeto celoso es un inseguro de sí mismo y de la otra persona. 
Esto aparece como reminiscencia de la inseguridad del amor de los padres o de la continua amenaza de perder su amor. 
Cuando los padres utilizan la consabida frase "te has portado mal, ya no te quiero" están alimentando una terrible inseguridad injertada en el miedo a perder la protección de los seres más importantes de su vida. 
Lo aconsejable es que nunca se emplee el amor como una forma de manipulación del niño. Se le puede decir: "te portaste muy mal y eso tiene un castigo", pero nunca decirle "ya no te quiero". 
Los celos se acompañan de un fuerte y poderoso sentimiento de culpa. La culpa nace al sentir que por sus acusaciones han perdido definitivamente a su pareja o su protección. 
El celado también coopera al incremento de los celos. Al principio le es muy agradable sentir que lo quieren y ello contribuye a la idealización del amor entre la pareja. 
Es más, una pizca de celos contribuye a fortificar la idea de ser querido, pero estos sentimientos, si no son manejados maduramente, llevan a establecer una relación sado-masoquista con la pareja. 
Si Alejandro hubiera sido un sádico (persona que gusta de hacer sufrir a los demás) estimularía los celos de su esposa gozando del sufrimiento de ella y gozando lo valioso de su persona en un narcisismo enfermizo. 
En un principio el celado aumenta su autoestima al saberse querido, pero también es su perdición, porque no acierta a distinguir entre lo que es verdaderamente amor y el afán posesivo de su amado. 

¿Que los dispara?

Aunque la causa específica de los celos es todavía una interrogante, se puede señalar factores que favorecen su aparición.

Culturales
bolita.jpg (960 bytes)Valor exagerado a la monogamia.
bolita.jpg (960 bytes)Especie de devoción a la fidelidad, al amor y a la pareja.

De personalidad

bolita.jpg (960 bytes)Inseguridad.
bolita.jpg (960 bytes)Baja autoestima.
bolita.jpg (960 bytes)Percepción inadecuada de los otros como traidores o desleales.
bolita.jpg (960 bytes)Dependencia del otro miembro de la pareja. 

Ambientales (vivencias y aprendizajes que se han tenido respecto a la pareja).

bolita.jpg (960 bytes)Haber vivido en un medio donde eran frecuentes las relaciones extraparejas.
bolita.jpg (960 bytes)Los patrones de atractivo físico que se ven reforzados por los medios de comunicación y que hacen concluir a la persona que no es lo suficientemente atractiva para mantener su relación.


MALTRATADORES EMOCIONALES

NO PODEMOS IDENTIFICAR CON CELOS EL QUERER CONOCER LA REALIDAD DE UNA SITUACIÓN, SABER EXACTAMENTE SI UNA RELACIÓN ES VERDADERA O NO; PREGUNTA E INVESTIGA.

 EL CONOCIMIENTO POSIBILITA QUE PUEDAS ELEGIR SI CONTINUAR O NO CON UNA DETERMINADA SITUACIÓN. 

ES BUENO QUERER CONOCER LA VERDAD, PUES:
Actualmente la ambigüedad de algunas personas en sus relaciones arrastradas por el interés, la vanidad, su inseguridad o su forma habitual de vida con relaciones múltiples simultáneas, están dando lugar a los maltratadores emocionales, seres que juegan con los sentimientos ajenos impunemente.